Me avergüenzo
Me avergüenzo,
rompo en cien mil
respiraciones angustiosas;
me desheredo de
toda dimensión humana.
No es posible que un niño se nos muera frente a nosotros
sin que el mundo
se subleve ante
tanta sombra.
Me avergüenzo de
tu muerte temprana
a golpes de manos, humanas! como las mías!,
cargadas de
municiones.
Me rebelo ante
todo nobel de la paz hipócrita y deshumanizado
No comprendo que
tu muerte no despierte rebeliones.
¿En cuál de las
religiones del mundo se encuentra ese dios que te deja morir ungido de
balas?
¿Dónde cabe tanta
tiniebla y sordidez?
Verte muerto es
ver la profunda mezquindad humana que habita
en mí;
la que me
humilla, me degrada, me deshonra, me oprime, me empequeñece,
la que me
convierte en miserable.
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